Disidencia, el Prestidigitador y un Grito

"Te quiero en mi paraíso

Es decir, que en mi país

la gente viva feliz

aunque no tenga permiso"

Mario Benedetti

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Se murió de HAMBRE. Pero no del hambre física que consumió su cuerpo durante los últimos 53 días de sus treinta y cuatro años. Había tenido una vida prolija y comprometida en lucha contra la injusticia: primero contra Batista, luego contra las políticas absolutistas de principios de Revolución. Fue uno de los primeros presos políticos de Cuba. Se murió de hambre de dignidad, hambre de libertad, hambre de derechos, hambre de respeto. Se murió de HAMBRE DE SER HUMANO. A los violadores de su derecho a ser humano, su madre, adolorida por la muerte, sólo pudo gritarles "Asesinos!". Y con toda razón. Lo enterraron en el Cementerio de Colón en una tumba sin nombre. Se llamaba Pedro Luis Boitel.

Quienes nacimos después de su muerte, jamás oímos su nombre o su historia mientras vivimos en Cuba. Es necesario conocer o relacionarse con agún miembro de la disidencia para llegar a conocer estos destellos de la historia de la isla, que cuentan una historia más compleja y controversial, más interesante y real, más justa y lógica. Por estas razones la disidencia cubana celebra una jornada en honor a Boitel del 13 al 24 de mayo, fecha del aniversario 37 de su muerte. Es por eso que tenían planificado hace dos días una marcha en manifestación hasta el Cementerio de Colón, en la Ciudad de La Habana. Y es por esto que la Seguridad del Estado cubano les ha arrestado a todos los activistas (entre los que se encuentra Jorge Luis García Pérez "Antúnez"), sin paradero conocido hasta el momento, según reporta el Directorio Democrático http://www.directorio.org/comunicadosdeprensa/note.php?note_id=2442 

"Un hombre no abandona una causa cuando esta es justa", dijo Boitel en su momento. Antúnez y el resto de los activistas mantienen su entereza y confianza en la justeza de su causa. Ellos no cejan, ni siquiera ante las artes de magia negra del régimen, que les arresta y con la misma les desaparece, como si fueran palomas o conejos en el sombrero de un malvado prestidigitador. Este es el peor de los recursos, el más criticado (y el más desesperado) en todas las dictaduras modernas, desde Franco hasta Pinochet: las desapariciones.

A estos activistas les quieren callar. Les quieren quitar sus derechos, matarles las ilusiones y borrarles de la historia de Cuba, como trataron de hacer con Boitel y como han hecho consecuentemente con todo el que se les oponga de cualquier manera (Chacales!!). Por eso propongo que nos unamos todos en un grito. Un grito legítimo e indignante, que provoque la vergüenza (si es que tienen alguna) del régimen ante la opinión internacional, un grito que resuma todos los gritos que quisimos pegar mientras estábamos en Cuba, un grito con la fuerza contenida del "Abajo quien tú sabes" y el dolor y la rabia del "Asesinos!" de la madre de Boitel. Gritemos todos juntos al régimen cubano: DÓNDE ESTÁ ANTÚNEZ?

*Foto: fuente www.terra.es